Barcelona es una ciudad ideal para aquellos a los que le gusta el dibujo. En pleno centro vayas por donde vayas puedes ver alguno alojado en casi cualquier rincón en donde se pose la mirada. En cada calle se exhiben preciosistas murales frutos de un batiburrillo de graffitis, tags y plantillas, además de los numerosos carteles o de las pegatinas.A algunos con una mentalidad más anticuada esto puede parecerle una fea manera de ensuciar la ciudad, a otros con ojos más abiertos les sorprenderán el contraste que producen esas paredes coloridas en determinadas zonas de la ciudad especialmente feas y grises.
Son pues pequeños pulmones dentro del opresivo ambiente de la urbe, y sin embargo el alcalde de Barcelona está promoviendo una ley represora que bajo una hipócrita llamada al civismo popular trata de prohibir entre otras cosas el arte callejero en sus diversas representaciones.
Sin duda la nueva ley dará mucho que hablar en Barcelona, y supongo que también en el blog que ahora mismo lees. De momento en contrarespuesta a tan absurda imposición he decidido aprender a pintar graffitis en el dojo improvisado que hemos situado en la azotea de uno de mis compañeros de la escuela (a.k.a +Gaz).
Supongo que aun me llevará algo de tiempo depurar la técnica y atreverme a ensuciar la tan preciada calle que tantos se disputan, con el estilazo de maestros tales como "el niño de las pinturas" , el autor de la pieza tan chula que encabeza este post. Si queréis ver mas cosas de este genio aquí os dejo la dirección de su pagina web, que no tiene desperdicio ninguno. La pregunta es la siguiente, ¿lo que hace este hombre es arte o no?...
Desde mi blog me gustaría enviar un mensaje a todos mis colegas artistas (o aquellos que derrochan arte por cada poro), no lo dudéis y salid a pintar hoy mismo a la calle, impregnadla con un pedacito de vuestra esencia, intentad expresaros libremente llenando un muro con uno de vuestros pensamientos. Son las únicas herramientas para demostrarles a aquellos que tratan de privatizar la calle que están equivocados con su razonamiento.
Ya que no hay mejor lugar de mostrar libremente aquello que nos sale de dentro que en un espacio al que puede acceder toda la gente, supongo que el miedo a cosas como la libertad de expresión y de pensamientos son el terror de aquellos que promueven este tipo de estúpidas normativas, lamentablemente para ellos aun quedan en la sombra muchos cerebros pensantes dispuestos a hacerle frente a semejantes absurdos.
Aunque lo intenten evitar la calle es nuestra, de toda esa gente que la tiene que sufrir a diario.
Atentamente: El abajo firmante...
PlStk2005
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